SEGÚN el barómetro 2017 de Proyecto Scopio más de uno de cada cuatro jóvenes de entre quince y veintinueve años creen que la violencia de género se exagera, que está politizada y es una conducta "normal" en la pareja mostrando un total y absoluto desconocimiento del alcance del problema, de cuál es su base y de la trascendencia que tiene para la sociedad.
Las estadísticas reflejan que la violencia de género es una lacra que no entiende de edades ni de extractos sociales y no hay duda al respecto de que su solución no está ni en la ley ni en los juzgados, los cuales no desarrollan una labor educativa ni preventiva, de ahí que sea especialmente preocupante que los más jóvenes, que han nacido y crecido en democracia en una sociedad que hace más de treinta años reconoció el derecho a la igualdad sin distinción por razón de sexo a través del artículo catorce de la Constitución, se muestren tanto o más retrógrados que la generación de nuestros padres o abuelos y que no tengan capacidad para discernir lo que es aceptable y lo que no lo es dentro de una relación de pareja y que no muestren una TOLERANCIA CERO a cualquier forma de violencia machista.
Resulta inquietante que estos hijos nuestros, cada día más preparados en lo académico, capaces de estudiar grados y dobles grados, idiomas y más idiomas con acceso a tiempo real a toda la información que uno pueda imaginar no sean capaces de aprender a poner en práctica el principio más básico de una relación, RESPETAR.